Nuestras creencias más básicas afectan fuertemente nuestra capacidad para mejorar. Nuestra mentalidad puede motivarnos o impedir que alcancemos nuestro potencial. Según la investigadora Carol Dweck, hay dos tipos de mentalidades: una mentalidad fija y una mentalidad de crecimiento.
En una mentalidad fija, las personas creen que sus cualidades básicas, como su inteligencia o talento, son rasgos fijos y, por lo tanto, no pueden cambiar. Estas personas dedican tiempo a documentar su inteligencia y talentos en lugar de trabajar para desarrollarlos y mejorarlos. También creen que el talento por sí solo conduce al éxito y no se requiere esfuerzo.
Los siguientes son los desencadenantes de la mentalidad fija:
Por el contrario, en una mentalidad de crecimiento, las personas tienen la creencia subyacente de que su aprendizaje e inteligencia pueden crecer con el tiempo y la experiencia. Esta visión crea un amor por el aprendizaje y la resiliencia que es esencial para un gran logro. Cuando las personas creen que pueden volverse más inteligentes, se dan cuenta de que su esfuerzo tiene un efecto en su éxito, por lo que dedican más tiempo para lograr mayores logros.
Todos miramos a los mejores atletas y pensamos que son extremadamente talentosos y dotados, pero la mayoría de las veces el talento está respaldado por muchos años de arduo trabajo. Detrás de un atleta exitoso, hay varios que tenían un gran talento pero fracasaron. ¿Por qué crees que hubiera pasado eso?
Porque vieron los fracasos como signos de su incapacidad y no se esforzaron por alcanzar su máximo potencial. Por otro lado, aquellos con una mentalidad de crecimiento pudieron ver los fracasos como oportunidades para aprender y esto les permitió caminar más cerca de su máximo potencial.
Aquellos con una mentalidad fija creen que su capacidad intelectual es limitada y, a menudo, se preocupan por su capacidad para demostrarlo, y esto puede conducir, frente a desafíos y contratiempos, a pensamientos destructivos (p. Ej., "Fallé porque estoy tonto ”), sentimientos (como la humillación) y comportamiento (darse por vencido). Cuando alguien con una mentalidad fija se encuentra con una situación difícil que requiere un esfuerzo adicional, se da por vencido y siente que no es lo suficientemente bueno.
Alternativamente, aquellos con una mentalidad de crecimiento a menudo percibirán el desafío o el revés como una oportunidad para aprender. Como resultado, responden con pensamientos constructivos (por ejemplo, "Quizás necesito cambiar mi estrategia o esforzarme más"), sentimientos (como la emoción de un desafío) y comportamiento (persistencia). Esta mentalidad les permite trascender los reveses momentáneos para centrarse en el aprendizaje a largo plazo. Cuando alguien con una mentalidad de crecimiento se encuentra con una situación difícil, no se rinde, sino que continúa esforzándose cada vez más para conseguir lo que quiere.
A continuación se muestra una tabla que muestra los diferentes enfoques entre alguien con una mentalidad fija y otra con una mentalidad de crecimiento:
DOS MENTALES | ||
GUIÓN | MENTALIDAD FIJA (la inteligencia es estática) | MENTE DE CRECIMIENTO (la inteligencia se puede desarrollar) |
retos | … .. evitar desafíos | … .. aceptar desafíos |
obstáculos | … .. darse por vencido fácilmente | … .. persistir ante los reveses |
esfuerzo | … .. ve el esfuerzo como infructuoso o incluso peor | … .. ve el esfuerzo como el camino hacia la maestría |
crítica | … .. ignore los comentarios negativos útiles | … .. aprende de la crítica |
Éxito de los demás | … .. sentirse amenazado por el éxito de los demás | … .. encontrar lecciones e inspiración en el éxito de otros |
Como resultado, estas personas se estabilizan temprano y alcanzan menos de su potencial completo. | Como resultado, estas personas alcanzan niveles de logro aún más altos. |
Las mentalidades son muy importantes para la resiliencia y el rendimiento. Las mentalidades son creencias, creencias sobre ti mismo y tus cualidades más básicas. ¿Qué opinas de tu inteligencia, talento y personalidad? ¿Son simplemente fijos o pueden desarrollarse?
La mayoría de la gente piensa que el éxito proviene de las habilidades cognitivas o de las cualidades de los recursos que recibe. Eso no es cierto, el éxito depende de la mentalidad de uno. Cuando cree que su inteligencia está predeterminada, limitada e inmutable (mentalidad fija), duda de su capacidad, lo que a su vez socava su resolución, capacidad de recuperación y aprendizaje. Pero cuando tienes una mentalidad de crecimiento y crees que tus habilidades pueden desarrollarse, muestras perseverancia y voluntad de aprender. Esto es lo que te acerca al éxito.
La razón por la que una mentalidad de crecimiento es tan atractiva es que crea una pasión por el aprendizaje en lugar de un hambre de aprobación. Su sello está en la convicción de que las cualidades del ser humano como la creatividad y la inteligencia, e incluso las capacidades relacionales como la amistad y el amor, pueden cultivarse con la práctica y el esfuerzo. Las personas con este tipo de mentalidad no se desaniman por el fracaso, pero las ven como oportunidades de aprendizaje.
Se ha descubierto que las personas que tienen una mentalidad fija ven el riesgo y el esfuerzo como obsequios de la espera.
Una de las principales aplicaciones de esta información en particular es en los negocios, la educación y el amor. La investigación descubrió que las personas con una mentalidad fija querían que su pareja ideal los hiciera sentir perfectos. Las personas con una mentalidad de crecimiento, por otro lado, prefieren socios que reconozcan sus fallas y los ayuden con amor a mejorar.
No hay nada como una mentalidad de crecimiento "pura". Todo el mundo es en realidad una mezcla de mentalidad fija y de crecimiento. Este es un aspecto muy importante que debemos reconocer si queremos obtener los beneficios que deseamos al fomentar una mentalidad de crecimiento. En determinadas situaciones, la mentalidad de crecimiento falla. No podemos negar que los resultados sí importan. Con el disfraz de "aprender", no podemos seguir cometiendo errores. Si seguimos recompensando solo los esfuerzos e ignoramos los resultados, eso tampoco es bueno. El esfuerzo es importante, pero el esfuerzo improductivo (el esfuerzo que no produce resultados) no lo es, y los resultados siguen siendo importantes. Por lo tanto, ignorar los resultados y simplemente recompensar el esfuerzo, independientemente de si el trabajo duro está obteniendo resultados o no, no es bueno. La mejor manera de avanzar es aprender de los éxitos y fracasos, asumir nuevos desafíos y mejorarse constantemente. Así es como progresamos.