La enfermedad cardiovascular (ECV) se refiere a una clase de enfermedades que involucran el corazón o los vasos sanguíneos. Las enfermedades cardiovasculares incluyen afecciones como enfermedad de las arterias coronarias, ataques cardíacos, presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. El sistema cardiovascular, formado por el corazón y los vasos sanguíneos, es vital para transportar nutrientes, oxígeno y hormonas a las células de todo el cuerpo y eliminar los productos de desecho.
El sistema cardiovascular está formado por el corazón, que es una bomba muscular, y una red de vasos sanguíneos, que incluye arterias, venas y capilares. El corazón bombea sangre por todo el cuerpo, suministra oxígeno y nutrientes a los tejidos y elimina dióxido de carbono y otros desechos. El proceso de flujo sanguíneo comienza cuando el corazón se contrae, empujando la sangre hacia las arterias. La sangre regresa al corazón a través de las venas y el ciclo continúa. Este sistema es crucial para mantener la vida y apoyar las funciones del cuerpo.
Las enfermedades cardiovasculares pueden afectar cualquier parte del sistema cardiovascular. A continuación se muestran algunos tipos comunes:
Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar ECV. Algunos de ellos pueden controlarse, mientras que otros no. Los factores de riesgo incluyen:
La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos. Se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y se presenta como dos valores: sistólica (la presión cuando late el corazón) y diastólica (la presión cuando el corazón está en reposo). La presión arterial normal suele rondar los 120/80 mmHg. La presión arterial alta, o hipertensión, se define como una lectura constantemente alta de 140/90 mmHg o más.
La prevención de enfermedades cardiovasculares implica gestionar los factores de riesgo mediante cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicación. Las estrategias clave de prevención incluyen:
El tratamiento de las ECV depende de la enfermedad específica y su gravedad. Los tratamientos pueden incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos como angioplastia o cirugía de bypass cardíaco.
El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre. Es esencial para la formación de células, pero demasiado colesterol puede provocar la acumulación de placa en las arterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Hay dos tipos principales de colesterol: LDL (lipoproteína de baja densidad) y HDL (lipoproteína de alta densidad). El LDL a menudo se denomina colesterol "malo" porque contribuye a la acumulación de placa, mientras que el HDL se considera colesterol "bueno" porque ayuda a eliminar el LDL de las arterias.
El ejercicio regular es vital para mantener un corazón sano. Puede ayudar a controlar el peso, reducir el riesgo de desarrollar presión arterial alta y mejorar los niveles de colesterol. La actividad física ayuda a fortalecer el músculo cardíaco, haciéndolo más eficiente en el bombeo de sangre. Trate de realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad vigorosa por semana, junto con actividades de fortalecimiento muscular dos o más días por semana.
Comprender las enfermedades cardiovasculares, sus causas, factores de riesgo y métodos de prevención puede ayudar a las personas a tomar el control de su salud cardíaca. Al tomar decisiones informadas sobre la dieta, el ejercicio y el estilo de vida, las personas pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el corazón. Es fundamental estar consciente de los síntomas de una enfermedad cardíaca y buscar atención médica si experimenta signos de un ataque cardíaco, un derrame cerebral u otros problemas cardiovasculares.