El período medieval, a menudo denominado Edad Media, se extiende desde el siglo V hasta finales del siglo XV. Comenzó con la caída del Imperio Romano Occidental y se fusionó con el Renacimiento y la Era de los Descubrimientos. Esta era se caracteriza por el surgimiento del feudalismo, la expansión del cristianismo y la lucha constante por el poder entre reinos e imperios.
La decadencia del Imperio Romano Occidental marcó el comienzo de la era medieval alrededor del siglo V. Varios factores contribuyeron a su caída, incluidos los problemas económicos, las derrotas militares y la migración de tribus bárbaras. En 476 d.C., Rómulo Augústulo, el último emperador romano de Occidente, fue depuesto por el rey germánico Odoacro, lo que provocó la fragmentación del imperio en reinos más pequeños gobernados por bárbaros.
El feudalismo se convirtió en el sistema social dominante en la Europa medieval. Era un sistema jerárquico en el que el rey poseía todas las tierras, mientras que los nobles, los caballeros y los siervos tenían sus roles específicos dentro de esta estructura. El rey concedía tierras a los nobles, los caballeros servían a los nobles a cambio de protección y los siervos trabajaban la tierra. El señorío era la unidad económica básica, una propiedad autosuficiente controlada por un señor y trabajada por siervos.
Entre los siglos XI y XIII, se libraron una serie de guerras religiosas conocidas como Cruzadas principalmente entre cristianos y musulmanes en el Mediterráneo oriental. El objetivo principal era recuperar Jerusalén y Tierra Santa del dominio musulmán. Las Cruzadas tuvieron profundos efectos políticos, económicos y sociales a largo plazo, fomentando el comercio entre Oriente y Occidente y debilitando el Imperio Bizantino.
En el siglo XII, Europa vio el crecimiento de las ciudades y el resurgimiento del comercio. El aumento del comercio condujo al desarrollo de una economía monetaria, reduciendo la dependencia del trueque. Este período también marcó el surgimiento de gremios de comerciantes y artesanos, que regulaban el comercio y la artesanía, aseguraban la calidad y fijaban los precios.
A mediados del siglo XIV, la peste negra, una devastadora pandemia de peste bubónica, arrasó Europa, Asia y el norte de África. Se estima que ha matado entre el 30% y el 60% de la población europea. La Peste Negra tuvo importantes consecuencias socioeconómicas, provocando escasez de mano de obra, salarios más altos para los campesinos y el debilitamiento del sistema feudal.
La Guerra de los Cien Años (1337-1453) fue una serie de conflictos librados entre Inglaterra y Francia por la sucesión al trono francés. Afectó a gran parte de Europa, lo que provocó avances significativos en tácticas y armamentos militares, incluido el uso del arco largo y el declive de la guerra de caballerías.
El Renacimiento, que comenzó en el siglo XIV en Italia y se extendió por Europa, marcó el final de la época medieval y el comienzo de la edad moderna. Fue un movimiento cultural que buscaba redescubrir y rejuvenecer el conocimiento y los logros de la antigüedad clásica. El Renacimiento se caracterizó por avances en el arte, la ciencia y el pensamiento, que llevaron a un alejamiento de la escolástica medieval.
El período medieval fue una época de grandes cambios y desarrollo en Europa, sentando las bases de muchos aspectos del mundo moderno. Desde la caída del Imperio Romano hasta los albores del Renacimiento, esta época estuvo marcada por acontecimientos importantes como las Cruzadas, la Peste Negra y la Guerra de los Cien Años, que marcaron el curso de la historia.